“Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer. No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca;
para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé. Esto os mando: Que os améis unos a otros.”
Juan 15:14-1
Los amigos son una parte importante y maravillosa de la vida.
El amigo más importante que puedes tener es El Señor Jesús. La pregunta que me gustaría que pensaras y te hicieras es: ¿Me llamaría Jesús Su amiga?
La Biblia enseña que por naturaleza todos somos enemigos de Dios, pues Él es santo y todos hemos pecado. Pero la buena noticia es que Dios envió a Jesús para reconciliar consigo a los pecadores rebeldes.
“Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.”
2 Corintios 5:18-19
La multitud religiosa y farisaica se burlaba de que Jesús era amigo de los pecadores. Pero Él aceptó con gusto esa etiqueta, explicando que Él no vino a llamar a los justos (religiosos), sino a los pecadores al arrepentimiento (Lucas 5:32). Entonces, el primer paso para ser llamado amigo de Jesús es acudir a Él como un pecador indefenso y pedir Su salvación.
“Este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado. Nadie tiene mayor amor que este, que uno dé la vida por sus amigos… Esto les mando, que se amen los unos a los otros".
Juan 15: 12-13, 17
El amor de Jesús por nosotros se ve más vívidamente en la cruz, donde se ofreció a Sí mismo como sacrificio por nuestros pecados. El mayor bien para todas las personas es que sus pecados sean perdonados y reciban la vida eterna a través de la fe en Jesucristo. Y, una vez que una persona ha llegado a conocer a Cristo, su mayor bien es que sea conforme a la imagen de Cristo. Permanecer en Su amor es la clave para amar a nuestros hermanos y hermanas en Cristo.
Cuando las personas vean el amor entre cristianos, se sentirán atraídas por la fuente de nuestro amor, nuestro Salvador que se entregó a Sí mismo por nosotros en la cruz.
“No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros,
y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca;
para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.”
Juan 15:16
Dios nos elige para la salvación y también determina soberanamente nuestros dones espirituales y nuestra posición en la vida; si hubiera sido dejado en nuestras manos, ninguno de nosotros en nuestro estado orgulloso, caído y rebelde habría elegido a Cristo. Más bien, El Padre bondadosamente nos atrajo hacia Él y abrió nuestros ojos ciegos para ver la gloria de Jesús.
Una de las principales razones por las que Dios eligió salvarte es para que ayudaras a que otros conozcan al Salvador, ¡podemos ser el medio que Dios usa para llevar a nuestro prójimo a la salvación!
Los amigos de Jesús se aman unos a otros, obedecen Sus mandamientos, comprenden Sus verdades y son elegidos para llevar el fruto que permanece.
Su amor y Su gracia nos dan el maravilloso regalo de Su salvación y Su amistad.
Hoy podemos compartirlo con los amigos a los que amamos.
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