¿Tienes difíciles secretos?

Hablemos un poquito el contexto de esta escena antes de iniciar.

Jesús tiene la necesidad de pasar por Samaria y aunque culturalmente no se hacía; toman esta ruta. A medio día; cansados, hambrientos y sedientos llegan a su destino. Las horas de la mañana eran las mejores horas para ir al pozo por el agua; posiblemente era un momento donde todas las personas del pueblo se veían, se saludaban, se preguntaban los unos por los otros, reían; así que el hecho de que esta mujer fuera a medio día por el agua nos da una perspectiva de que tipo de mujer era; quizás no quería sentirse juzgada, no quería sentirse rechazada. Lo más fácil para ella era estar escondida de los demás; pasar desapercibida.

Lucas 12:2

Imagina toda la escena, !estaba apurada para no ser vista, hacia calor y llega un hombre! En medio de la conversación éste pregunta por su esposo; definitivamente Jesús no se andaba con rodeos. Jesús sabía la verdad acerca de ella, y esta era una gran oportunidad para liberarla de su secreto. ¿Sabes? Dios usa nuestro pasado y nuestros secretos para llevarnos a cosas mejores. Imagina esta mujer totalmente expuesta ante Jesús; no le tomó demasiado tiempo para darse cuenta de quién se trataba. ¿Cómo reaccionamos nosotras cuando nos exponen? Nos enojamos, no nos gusta, nos duele.. y si! la verdad, quería amiga duele. Sin embargo vemos a un Jesús empático; él quiere llevarla a Dios, él quiere liberarla del pecado, él quiere darle una nueva oportunidad; no lo vemos juzgandola, lo vemos ayudándola. Porque Dios nos expone no para ser juzgadas sino sanadas, en una mejor versión de nosotras mismas.

Entonces amiga; todas tenemos secretos que por una u otra razón cargamos. Secretos que nos atormenta, que nos duelen, que nos dañan y dañan a otros. Para la Samaritana significaba decir la verdad a acerca de sus esposos. ¿Para ti qué significan? ¿Qué necesitas para que Jesús te libere de tus terribles secretos? Muchos de éstos no son nuestra culpa y no tenemos porque cargarlos. Permite en este tiempo que Dios saqué eso de ti, él conoce nuestro corazón y sabe que es lo mejor para tí y para mi.

En Jesús siempre nuestros secretos van estar a salvo, debemos dejar que nos abra el corazón hasta la más profundo para sanarnos. ¡Y esto duele! Jesús en todo momento habla con la verdad a la Samaritana, él sabe que eso le duele pero es el camino correcto para reconocer sus pecados.

Evitamos que nos confronten por temor al dolor, esta mujer no iba por el agua a la mejor hora para evitar todas las miradas.

Sin darnos cuenta comenzamos a arrullar pecados en lo oculto; pecados que carcomen nuestra vida, pecados que nos van alejando cada vez más del Padre, pecados que nos endurecen el corazón. 

Salmos 51:3   

¡Corramos a nuestro Padre en la intimidad! ¡Saquemos nuestros secretos y seamos libres!

Dios siempre nos mira con misericordia porque conoce nuestro corazón, él sabe lo bueno y malo que hay guardado en el pero elige vernos por lo bueno, definitivamente algo que debemos aprender de él. Nosotras humanamente usamos lo "peor" de las personas para juzgarlas, para dañarlas, para herirlas.

1 Samuel 16:7