Génesis capítulo 26
El comienzo de este capítulo narra una problemática regional, una hambruna azotaba la tierra en ese entonces. Lo que lleva a Isaac a tomar una decisión que beneficiará a su familia: moverse de lugar y viajar al sur, a Egipto. Como el viaje era largo pararon en Gerar, es aquí donde Dios le habla y le dice que habite como extranjero ahí y que no baje a Egipto.
La situación que vivió Isaac me hace recordar las veces en que hemos tenido que modificar nuestros planes o cambiar de estrategia por alguna situación externa que nos afecta. Así como el hambre que vivió la tierra en aquella época, hoy vivimos una pandemia que afecta la tierra actual, esto nos ha llevado en alguna medida a cambiar nuestros planes, modificamos nuestra manera de vivir.
Hemos tomado decisiones importantes en este último año y medio, cambiamos oficinas por escritorios, mesas de comer en nuestro hogar, salas de clases por nuestras habitaciones. La vida nos cambió.
Pero ¿hemos considerado a Dios en estos cambios? Sé que muchos cambios son domésticos, incluso irrelevantes a nuestro parecer, pero son cambios que han afectado nuestra manera de vivir. Nos azotó una realidad que estaba callada, que teníamos guardada como ese jean más pequeño que algún día pensamos que nos entrará.
Han salido a flote problemáticas familiares, malos humores y rencores, en algunos casos positivos, pues se han solucionado conflictos y ahora se viven situaciones más amenas.
Considerar a Dios en cualquier decisión que tomemos es importante, en Génesis 26 vemos cómo Isaac tomó una decisión, pero dejó que Dios guiará sus pasos. Proverbios 16: 3 dice así en la versión TLA:
“Deja en manos de Dios todo lo que haces, y tus proyectos se harán realidad.”
Podemos ver cómo se hizo realidad esto en la vida de Isaac, Dios le prosperó, aunque su plan era ir a Egipto, obedeció la instrucción de quedarse en Gerar, Dios allí lo engrandeció, confirmó el pacto de su padre en él y lo hizo poderoso y temible ante el gobernante de esa tierra.
Trazar planes para nuestra vida es de suma importancia para planificarnos, para lograr objetivos y tener conciencia de cómo hemos avanzado en el camino trazado. Pero más importante aún es encomendar a Dios esos planes, dar el primer paso, pero dejar que Dios guíe los siguientes. Confiar en que Sus caminos para nuestras vidas son mejor a los que nosotras podemos pensar.
Avanzar confiando en el plan de Dios, ya sea con teletrabajo, clases por zoom, años prácticos que no hemos podido llevar a cabo, relaciones que no han sobrevivido a la crisis mundial, están en el soberano plan de un Dios personal y bueno, que quiere lo mejor para Sus hijas.
No te desanimes si no has podido concretar planes en tu vida, avanza por fe mirando hacia adelante, con los ojos puestos en el Invisible, recuerda a Isaac que no peleó con los hombres de aquellas tierras por los pozos que su propio padre había abierto, avanzó y Dios lo bendijo, porque era extranjero en aquellas tierras y la mano de Dios iba con él, así como hoy va contigo. Seguro que más adelante habrá otro pozo para ti, uno que dé agua viva, donde el mismo Señor te sostendrá y proveerá todo lo que haga falta. Déjate sorprender por nuestro buen Dios, el primer paso siempre es el más difícil, pero es El Señor quien te guía.
0 Comentarios