Perdiendo el enfoque


Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de un corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida.. 1Timoteo 1:5

Hay momentos de mi andar diario en los cuales he caído en el mal habito de afanarme por un lado y por otro perder el enfoque del verdadero propósito por el cual estoy haciendo algo. Creo que el segundo es más peligroso, porque entonces dejo de lado mi objetivo.

Pablo estaba dando  sabias instrucciones a este joven y recién formado pastor a cargo de la iglesia en Éfeso, precisamente para no caer dentro de nuestra vida cristiana en el error de salirnos de nuestro centro o enfoque principal y primordial.

Algo estaba sucediendo con algunos creyentes en esta iglesia, estaban discutiendo sobre genealogías interminables, fábulas y más encima estaba el peligro inminente de oír enseñanzas de una doctrina diferente… Por lo tanto Pablo encarga a Timoteo a enfocar a los creyentes allí en el verdadero propósito de vivir una vida cristiana sana, del amor nacido con corazón limpio, de buena conciencia y con una fe no fingida.

Puede pasarte o quizás estés en este mismo momento atendiendo otras cosas banales, sin fundamento alguno, atendiendo el oído a discusiones que no son provechosas dentro de tu andar con Dios y no estar  fortaleciendo tu fe.

¡Sí! Ese es nuestro objetivo, fortalecer nuestra fe, a través de una enseñanza sana de la Palabra de Dios, porque esa fese ve fortalecida para que tú y yo caminemos siendo honestas y verdaderas en nuestra comunión con Dios. No fingiendo a ser  unas chicas cristianas, cuando en realidad no estamos reflejando a Cristo.

Una fe fingida es una fe muerta, sin ancla, sin fundamento.  ¿Por qué perdemos el rumbo? ¿Y nos  asociamos a prácticas que no nos edifican, no nos bendicen o no nos nutren espiritualmente? Fácilmente podemos caer en ser solo religiosas y asistir a la iglesia como un mero rito religioso, hasta de ver el grupo de jóvenes como un grupo social solamente. Y ese amor que ha sido ya derramado en nuestros corazones se desvanece y nuestra fe decae.

Pero ¿Qué de mi fe? ¿De mi relación personal con Cristo? Al no enfocarnos en nuestro verdadero propósito, perdemos nuestro objetivo también…”llegar a la estatura de un varón perfecto”, “de amar a Dios con todo nuestro corazón”, de ser fiel a Él, con un corazón limpio y vivir sus principios.

Como te decía al principio a veces pierdo el objetivo, pero entonces el Espíritu Santo me re dirige, me re orienta y me pone en el carril correcto, devolviendo mis metas y mi anhelo de ser una chica que sea un motivo de alabanza para Dios. Y cuando esto sucede puedo volver a enfocarme, puedo reflexionar y preguntarme ¿qué estoy haciendo? ¿Lo hago para mí o para darle la gloria a Dios? ¿Edifica esto mi vida? ¿Qué cambios debo hacer al respecto? Y entonces Su Espíritu hace esa obra de joyería en mi vida y tengo dos opciones…obedecer, cambiar el rumbo y tomar determinaciones o bien sucumbir ante mi mal enfoque o mal camino y alinearme a la corriente de este mundo y ser una más en número, como muchas chicas que son meramente nominales en su fe…y que han perdido la consistencia de su real sentido de pertenencia……….SER DE CRISTO. 
¿Cuál opción eliges tú?

Yo he decidido seguir a Cristo, no vuelvo atrás pero cuando he retrocedido…Dios en su gran misericordia con que me ama, porque realmente puedo ver su mano de amor, me enfoca y me dice: ¡”No temas, yo te ayudo”! El Señor está aquí para ayudarte, para fortalecer tu fe, ser una chica genuina y para andar en su  mandamiento de amar a Dios por sobre todas las cosas.


Desafío Semana 1: 






ACERCA DEL AUTOR


Elba Castañeda

Esposa y madre de tres jóvenes energéticos, sirve al Señor junto a su esposo como pastores desde hace 16 años. Egresada del Instituto Bíblico de las Asambleas de Dios en Valparaíso-Chile. Divide su tiempo entre las actividades de casa y la iglesia. Se destaca como una mujer con un espíritu joven. Puedes encontrar más de sus escritos en El Gozo de ser Mujer

0 Comentarios

Follow Me On Instagram