Para entender las motivaciones de los judíos en tiempos de Pablo necesitamos entender algunas cuestiones en la vida de Abraham en el Antiguo Testamento, como:
Que Dios hizo diferentes promesas en diferentes momentos de la vida de Abraham:
• La promesa de descendencia (Génesis 17:2-7)
• La promesa de una tierra dónde morar (Génesis 15:18-21)
• La promesa de una nación, él sería el padre de multitudes (Génesis 12:2)
• La promesa de Su bendición y ser de bendición a las familias de la tierra (Génesis 12:3)
Que las posibilidades de Abraham para ver cumplidas estas promesas eran por completo nulas, su esposa era estéril, ambos eran ancianos y eran nómades en la tierra, así que Abraham necesitó una fe sincera para convencerse de que Dios cumpliría lo que prometió (Romanos 4:19-21).
Que las promesas que Dios le hizo a Abraham las ratificó mediante el pacto de la circuncisión (Génesis 17:9-14). Esta señal era un recordatorio del pacto que Dios había establecido con Abraham y sus descendientes.
Que con el correr de los años los judíos convirtieron la señal de la circuncisión como un fin en sí mismo para justificar su derecho a ser aceptados y tener acceso al reino de Dios, para mirar con menosprecio a las demás naciones que no realizaban esta práctica y jactarse de ser los escogidos de Dios (Gálatas 6:12-13).
Que las personas que vivieron antes de Cristo podían acceder a la Salvación por la misma fe que tuvo Abraham, de que Dios tenía el poder para cumplir lo que había prometido y no por llevar la circuncisión como la señal del pacto en su cuerpo (Romanos 4:11-12).
Que Dios cumplió todas las promesas a Abraham en Jesucristo. Él es la simiente eterna, por medio de Jesús tenemos seguro el acceso a la Canaán celestial, en Él somos una nación santa, aparatada para Dios y tenemos la bendición de la salvación disponible para todas las familias de la tierra (Romanos 4:24-25).
Que los que vivimos después de Cristo podemos acceder a la Salvación por la misma fe, que Dios ya cumplió en Jesucristo lo que prometió. No es necesaria la circuncisión para ser aceptados por Dios (Romanos 4:22-25).
El problema de los judíos fue que se abocaron en cumplir los preceptos de la ley y la circuncisión olvidando el significado, la esencia y la intención espiritual de los mandatos de Dios expresados en la ley y la señal del pacto, todo el tiempo practicaron las ordenanzas y vivieron conforme a la ley de Dios con el corazón incorrecto, su motivación principal fue el orgullo y la jactancia de sus prácticas (Romanos 4:17-25).
Este también puede ser un grave problema entre nosotras. Como los judíos, podemos caer en el error de jactarnos de las prácticas que nos diferencian de los no creyentes o acciones que desempeñamos mejor que otros cristianos y que nos llevan a mirarlos con menosprecio, olvidando la esencia de nuestras buenas obras.
Para Pablo la circuncisión que llevaba en su propio cuerpo no era un motivo que le sumara importancia, él sabía que había sido aceptado por Dios no por su intachable comportamiento ni devoción a la tradición, sino por el sacrificio de Cristo a su favor.
Es necesario que evaluemos constantemente nuestro corazón y aseguremos que nuestra gloria y motivación principal está puesta en lo que Jesús ha hecho por nosotras.
Aquí te dejo algunas preguntas que pueden ser una guía para examinar tu corazón:
- ¿Pienso que Dios me aceptará por los logros que me preocupo por acumular en la vida?
- ¿Siento que estoy más cerca de Dios en comparación con otros por las cosas que hago?
- ¿Me urge desempeñarme con perfección para que los demás lo noten?
- ¿Atribuyo demasiada importancia a cuestiones externas sabiendo que tengo cuestiones internas sin solucionar?
- ¿De qué pecados me acusa la conciencia?
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