Nostalgia de tu Pasado

«No recuerden las cosas anteriores Ni consideren las cosas del pasado.  Yo hago algo nuevo, Ahora acontece; ¿No lo perciben? Aun en los desiertos haré camino Y ríos en los lugares desolados.

Isaías 43:18-19

Los seres humanos estamos expuestos a muchos cambios a lo largo de nuestra vida. Por ejemplo, la transición del colegio a la universidad, el cambio de vivir con nuestros padres a vivir solas, mudarnos de un lugar a otro, por mencionar algunos. Una respuesta común a estos cambios es el extrañar la etapa de la que salimos o tuvimos que cambiar. La vida de una chica cristiana también pasa por esta etapa de extrañar, pero muchas veces no es simplemente al pasado, sino también al mundo. 

Así como el tiempo en las clases de historia se divide con el Antes de Cristo y el Después de Cristo, me gusta pensar que mi vida también está dividida de esa manera, ya que, aunque creciéramos en un hogar cristiano, todas pasamos por ese punto en nuestra vida en el cual decidimos de manera personal aceptar a Jesús como nuestro Salvador. 

Pero te pregunto: ¿has extrañado alguna vez las costumbres que tenías antes de entregarle tu vida a Dios? o ¿has deseado poder hacer lo que tus amigas no cristianas hacen? 

En Genesis 19 nos encontramos con la historia de la destrucción de Sodoma y Gomorra. El verso 29 dice: “Pero Dios había escuchado la petición de Abraham y salvó la vida de Lot, a quien sacó del desastre…” Si regresamos un poco más arriba, en el verso 26, podemos leer: “pero la esposa de Lot miró hacia atrás mientras lo seguía y quedó convertida en una estatua de sal.”

¿Por qué menciono estos dos versículos? y ¿por qué en este orden? 

Como cité anteriormente, en nuestra vida encontramos ese momento de Antes de Cristo y Después de Él. Así como Dios escucho la petición de Abraham de salvar la vida de Lot y su familia de una ciudad de pecado, Jesús se sacrificó en la cruz por salvar nuestra vida de un mundo de pecado. Pero ¿qué hizo la esposa de Lot? Durante esa etapa de transición y de huida del pecado, ella miro atrás. 

Dios la había salvado y le estaba dando una nueva oportunidad de vida, pero esa nostalgia por el pasado y podemos decir que, hasta un poco de curiosidad, la hicieron voltear; como consecuencia, se convirtió en una estatua de sal.

¿Cuántas veces nosotras, durante esa transición de volvernos a Dios y nuevamente acercarnos a Él, volteamos (por nostalgia o por curiosidad) y nos encontramos atrapadas nuevamente alejándonos de Su presencia, Su propósito y Su voluntad?

No dejemos que la nostalgia nos gane y haga que regresemos. Al contrario, sigamos el camino que Dios tiene para nosotras, porque la recompensa al final siempre será mucho mejor que la que el voltear por un momento puede darnos.


Filipenses 3:13-14


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