amor en la diversidad



Santiago escribe a los judíos una advertencia a causa de que existían preferencias, tratos especiales y favoritismos, no en un club, o en una fiesta, EN LA CONGREGACIÓN, ahí donde somos hermanos, donde debemos amar a al prójimo como a nosotros mismos.

Quiero que leamos juntas  los versículos 9 al 11:
Pero que el hermano de condición humilde se gloríe en su alta posición, y el rico en su humillación, pues él pasará como la flor de la hierba. Porque el sol sale con calor abrasador y seca la hierba, y su flor se cae y la hermosura de su apariencia perece; así también se marchitará el rico en medio de sus empresas.

Aprendamos juntas dos cosas:

1. El pobre importa en la iglesia

Recuerden que el Padre celestial, a quien ustedes oran, no tiene favoritos. Él los juzgará o los recompensará según lo que hagan. 
1ª Pedro1:17

En el comentario bíblico del Nuevo Testamento  W. Barclay cuenta que en la Iglesia primitiva no había diferencias de clases sociales. Esta escena era común: un esclavo era el pastor de la congregación, el que predicaba, mientras que su amo no era más que un simple miembro. ¡Wow! ¿Sorprendente?

En la Iglesia se borran las clases sociales que hay en el mundo, ninguno importa más que el otro.
Tanto el pobre como el rico importan en la Iglesia, todos tenemos una tarea que realizar. Y sea la condición que tengamos vivimos para glorificar a Cristo.  

No podemos menospreciar por quién Cristo murió.

2. Mi clase social no determina mi valor

Pues ustedes saben que Dios pagó un rescate para salvarlos de la vida vacía que heredaron de sus antepasados. No fue pagado con oro ni plata, los cuales pierden su valor,  sino que fue con la preciosa sangre de Cristo, el Cordero de Dios, que no tiene pecado ni mancha. 
1ª Pedro 1:18

¿Algo más que necesites? Mi querida lectora, si esta verdad no sacia tu necesidad emocional, tu ‘’autoestima’’ o tu larga lista de ‘’cosas que necesito’’, ni  todo el oro del mundo, ni el placer de poseer cosas podrán siquiera compararse con que Dios, se haya hecho hombre para vivir una vida santa, sin pecados para presentarse delante del Juez justo, sin manchas y sin ninguna acusación en su contra.  Ha cumplido la ley por vos, para que puedas presentarte delante del Dios Padre y estar limpia de tus pecados por medio de la fe.

Cristo es el mayor tesoro preciado en la vida de nosotras, sin El nada somos.


Finalmente reflexionemos en nuestras amistades y con quienes preferimos pasar tiempo, reflexionemos si pensamos en el necesitado y pobre, disfrutemos el dar sin medidas.  Así también, disfrutemos de la gracia al saber que Nuestro Padre nos ha dejado una diversidad de personas dentro de la Iglesia, cada una especial para el cuerpo. Sirvamos y amémonos sin restricciones o barreras sociales.  Seamos iglesia. 





ACERCA DEL AUTOR



Antonella Azuaga
Tiene 21 años y sirve al Señor a través de Mujer Virtuosa, escribe para llevar las buenas noticias a los quebrantados y afligidos. Es parte la congregación más que vencedores, vive en Paraguay junto con su familia, quienes también apoyan la familia de Ama a Dios Grandemente.

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