¡No te hundas!


Visité el mar cuando tenía 8 años, pasaron 12 años de ese viaje pero NUNCA salen de mi mente esas enormes olas cada vez que venían hacia mí solo me quedaba correr junto a mi papá para sujetarme fuerte a él, era lo único firme que encontraba y la única seguridad ante esas gigantes e impresionantes olas.

El mar… un lugar tan relajante, en este momento me encantaría estar en una playa disfrutando de esa hermosa creación y es lo único que me viene a la cabeza cuando me hablan del mar. Placer y tranquilidad… pero ¿Sabías que también ocurren catástrofes allí? Cuanta gente ha muerto ahí, cuanta gente naufragó y ni siquiera pensó guardarse o prevenir algún tornado, simplemente ya se vio hundida y sin rescate.

‘’Aférrate a tu fe en Cristo y mantén limpia tu conciencia. Pues algunas personas desobedecieron a propósito lo que les dictaba su conciencia y, como resultado, su fe naufragó.’’  1ª Timoteo 1:19

En el primer capítulo de Timoteo, Pablo advierte a quién se refería como ‘’amado hijo’’ que antes hubo mucho gente que como resultado a una mala conciencia su fe naufragó.

Naufragar: Hundirse o quedar destruida mientras navega. Me impresiona el significado de esta palabra porque me recordó que eso soy, viajera y peregrina en este mundo (1ª Pedro 2:11) y que si deseo llegar confiadamente a puerto seguro, mi carrera y la tuya deberá ser guiada por una buena conciencia.

Mi fe está en peligro, mi vida está en riesgo de hundirse. Por una parte, está mi fragilidad que llevo dentro, que es más fluida que el agua (emociones, carácter, mis estados de ánimo y pensamientos) ; y luego todo lo que me rodea es como agua, que fluye por todos lados, mientras que a cada minuto se levantan vientos y tempestades. ¿Qué  será de mi si no tengo una buena barca o un buen piloto?                

¿Cómo mantengo mi conciencia limpia?

  • Llenando mi mente de la palabra de Dios (Más biblia, menos redes sociales).

No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. (Romanos 12:2) NTV

  •           Aferrándome a la fe en la obra salvadora de Jesucristo. 
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es ; las cosas viejas pasaron; he aquí, son hechas nuevas. (2ª Corintios 2:17)

  •           Amando a Dios genuinamente. No solo dentro de mi comunidad de fe, sino amando al prójimo.

 El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno. (Romanos 12:11)

Una conciencia sucia es propia de alguien quién no ha ido a la cruz a matar los deseos de su propio corazón, no ha conocido al Dios Santo y Perfecto y no ha experimentado la limpieza por medio de la palabra de Dios

Por la fe podemos saber que Cristo es quién purifica nuestra conciencia y nuestro corazón, por su sangre derramada en aquella cruz. El murió para que permanecieras firme hasta llegar  a la meta, encontrarnos con nuestro Dios y Nuestro Salvador.


¡No te hundas!, hay un Capitán por excelencia, deja que el gobierne tu barco y que este viaje en la Tierra sea para gozarnos en darle gloria en todo lo que hagas.



ACERCA DEL AUTOR


Antonella Azuaga
Tiene 21 años y sirve al Señor a través de Mujer Virtuosa, escribe para llevar las buenas noticias a los quebrantados y afligidos. Es parte la congregación más que vencedores en la que ama servir a Dios con su violín, vive en Paraguay junto con su familia, quienes también apoyan la familia de Ama a Dios Grandemente.

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