El High School de David


“Queda aún el menor, el que apacienta las ovejas”. 1 Samuel 16:11
Quisiera poder entrar en aquellos años pasados entre ovejas, quisiera poder sumergirme en los pensamientos de David para ver sus intereses, ¿Qué estaba soñando mientras caminaba entre ovejas?
Ver a sus robustos hermanos formando parte nada menos que el ejército de Israel, lo inspiraba a soñar con, quizá, algún día, por qué no, estar en el palacio real, sentado en un trono, ¡eso era magnífico!, pero  no era la realidad.
Sentarse a comer en familia, era realmente una tortura, cuando comenzaban los relatos de batallas, cada hermano tenía una gran hazaña que contar, y David, que era el menor, alrededor de estos militares, no era más que un simple pastorsucho.
¿Quién quería escuchar sus aventuras? Las ovejas y lobos eran poco significantes  comparados con la destreza de Eliab, Abinadab y Sama ante los corpulentos filisteos,  las experiencias de David eran opacadas por las importantes proezas de sus hermanos.
¿Lloraría David?
-¿Señor sólo ovejas?, ¿Y dónde quedó la visita de Samuel?, ¿No hay algo más para mí?
Al parecer sí.  Su futuro se veía reducido a un pequeño rebaño y un arpa. Un arpa que era su única posesión más valiosa, con ese sencillo instrumento encontraba un modo de hablar con Dios, Sus lentas lágrimas caían, mientras sentado a la sombra del árbol entonaba:
“El Señor es mi pastor, nada me faltará”.
David lloró cual joven que desea en la vida ser algo más.
Pasaban los días, parecía que Dios se había olvidado del prometedor futuro del pastor,  y en medio de aquellos llantos prolongados,  su suspiro le llevaba a decir:
“Jehová cumplirá su propósito en mí”.
Puedes ver a David enyuntado a este proceso. Sin duda, sufrir el silencio divino, era parte del perfecto plan, porque era alejado de la multitud donde David debía aprender el valor de la fuerza, la valentía y la adoración.
Con el correr del tiempo, ya no ves un endeble pastor, su debilidad se transforma en fuerza, su valentía se acrecienta y su adoración se hace más profunda, porque está allí, aceptando la preparatoria de Dios.
En su humanidad, el pastorcillo no lo podía imaginar, pero era necesario pasar por el dolor del entrenamiento fuerte, pues llegaría el día de derrotar a un gigante, y solamente el hombre moldeado conforme al corazón de Dios podía hacerle frente.
Los entrenados por Saúl deslumbraban apariencia fuerte, más esto les fue por basura cuando no se encontró valor en ellos. Sin embargo, había uno al que el mismo Dios había entrenado, que no necesitó de apariencia intimidante, su espíritu valiente y el celo por Dios, fue suficiente para dejar a todo un ejército avergonzado. El estar detrás del rebaño, era el High School, para luego ser coronado Rey de Israel.
Han pasado miles de años, las puertas de la escuela de Dios siguen estando abiertas, para todas las personas que quieran entrar.
Si quieres conocer a Dios en profundidad y estás dispuesta a seguir a Cristo es menester que pases por su escuela. La prepa de Dios te prepara para la vida terrenal y eternal, requiere que des todo de ti, porque es todo o nada. Se pone a prueba todo lo que tú eres,  implica dejar todo lo que más amas y te lleva al límite de ti misma. Te verás envuelta en lágrimas, porque es que hacer las cosas al modo de Dios duele, y de seguro gritarás al cielo: ¡¿Por qué Dios mío?!
 Todo ello es parte del plan, para que tu debilidad se transforme en fuerza,  tu valentía se acreciente y tu adoración se haga más profunda.
Aunque el silencio Divino se sienta, ello no significa que Dios se haya alejado, porque recuerda:
“Él es tu Pastor, nunca te faltará”.
Muy pocas se deciden pasar por aquí, porque muchas se conforman con lo pasajero de la vida, solamente aquellas que tengan el coraje de atreverse a conocer a Dios, entrarán por las puertas de la prepa de Dios.
¿Estás lista?

Preguntas de reflexión
  1. Dios te eligió sin ver tu apariencia; ¿crees que tú seas capaz de mirar con el corazón de Dios?
  2. ¿Qué fue lo que movió a David a pelear contra el gigante? ¿Podrías también tu vencerlo?
  3. ¿Qué tan agradecida estas tú con el Gran Pastor para buscar a los perdidos?
  4. ¡No temas! ¿Levantarías tu voz para anunciar a Dios?
  5. ¡Al mejor pastor se le agradece con la mejor adoración! ¿Estas agradecida con Dios?




ACERCA DEL AUTOR

Angélica Jiménez
Hija de Pastores misioneros de nacionalidad Colombiana, ha servido desde los 9 años junto a sus padres en los países de Bolivia y Argentina. Diagnosticada alrededor del año 2009 con Síndrome de Eisenmenger ha propuesto en su corazón servir a Dios hasta el día en que él se lo permita. Sus experiencias en la obra misionera continúan labrando el sueño de brindar herramientas bíblicas para las jóvenes de hoy.

0 Comentarios

Follow Me On Instagram