Cuatro afirmaciones de Amor



¿Cuántas veces a lo largo de nuestra vida nos preguntamos quién soy? ¿Cuál es mi propósito en la vida? ¿Qué hago aquí?

Pues no es una casualidad que nos preguntemos, que dudemos de nuestra identidad, del propósito que Dios nos haya encomendado

¿Sabes querida amiga que Jesús también fue tentado en esto? Él puede ayudarnos a salir libradas de la batalla. Acompáñame a leer este episodio de Su vida. Nos encontramos en el Jordán, presenciando Su bautizo por medio de Juan el Bautista. Jesús desciende a las aguas y sale. Vemos la paloma descender y posarse sobre Él, mientras que escuchamos la voz audible del Padre diciendo: 

Este es Mi Hijo amado en quien tengo complacencia”. Mateo 3:13-17 

Seguido de esto, Jesús va al desierto a prepararse para iniciar Su ministerio. Y aquí es donde pasa lo sorprendente. Después de pasar 40 días y 40 noches en un tiempo de ayuno, empieza a sentir hambre, Su cuerpo empieza a tener necesidad de alimento y es visitado por el mismísimo satanás para tentarlo.

“Si eres el Hijo de Dios…”
Mateo 4:3, 6

Puedes ver que la estrategia de satanás era hacerlo dudar de Su identidad como Hijo de Dios. Satanás quería robar esas palabras tan valiosas que Dios había dicho días atrás. Y esta semana podemos ver más afirmaciones de lo que somos nosotras en Jesús.

  1. En Jesús tengo identidad

            Salmos 139:13-18

Soy una Hija valiosa de Dios, formada desde las entrañas de mi madre. Desde ese momento tenía un propósito en Él. Soy una obra maravillosa de Dios. Dios se encargó de formar mi cuerpo aun en lo oculto y profundo de la tierra.

  1. En Jesús mi alma está en paz

            Números 6:24-26; 2 Corintios 9:8-10; Efesios 1:3

En Jesús tengo protección y bendición. Él hace resplandecer Su rostro sobre mí. Tengo Su misericordia y pone en mí Su paz.
En Jesús abunda la gracia sobre mi vida. Y Su justicia permanece para siempre.

  1. En Jesús tengo un propósito

            Efesios 2:10; 2 Timoteo 3:16-17

Soy hechura suya, creada en Cristo para que toda buena obra. Tengo todo lo suficiente que viene de Dios. Todo lo preparó de antemano para que por medio de Él pueda llevarse a cabo. Su Palabra me ayuda a alcanzar la perfección, para estar a la altura del Varón Perfecto.

1 Corintios 12:4-11; 2 Corintios 12:9; Filipenses 4:13

Jesús nos guía a encontrar nuestro lugar en la obra. Según nuestras capacidades, según nuestros dones. Pero servimos al mismo Dios que se manifiesta por el Espíritu Santo en nuestras vidas. Es Jesús en Su gracia que nos perfecciona en cada debilidad.  Es Jesús que nos fortalece.

  1. En Jesús tengo pertenencia

            1 Juan 4:4

Soy de Dios. Él está en mí y es mayor al que está en el mundo.

Estas afirmaciones son sobre mi identidad como hija de Dios. Ya tienes la clave, ya sabes que el enemigo va a querer robarlas, ya puedes distinguir cuando venga el ataque. Vas a escuchar claramente “Si eres hija de Dios…” para hacerte dudar. ¿Qué hizo Jesús ante esto? Primero, Su confianza estaba en El Padre. Su identidad como Hijo era inamovible. Segundo, usa la Palabra para resistir el ataque.

¿Qué vas a hacer tú? Atesora cada afirmación que Dios ha hablado a tu corazón a lo largo de este estudio. Recuerda ante cualquier ataque quién eres en Jesús. Recuerda tu identidad. Recuerda de dónde viene tu paz. Recuerda que tienes un propósito y un lugar seguro en la batalla. ¡Recuerda a Quién perteneces!

Si estás en estos momentos bajo ese ataque que inquieta la mente y el corazón, ve a Jesús. Él puede ayudarte a vencer con Su gracia, Su amor, Su fuerza, Su paz y Su propósito. 



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