Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas.´
Hebreos 8:6
La palabra de Dios dice que si el antiguo pacto hubiese sido sin defecto no habría un segundo (Heb 6:7). Por lo tanto, este es el mejor, y no es tanto por el convenio que se establece en la nueva alianza, es más por quién hace posible la misma. “El sumo sacerdote”, el mayor de todos, pues Él es antes de todas las cosas y en Él subsisten las mismas (Col 1:17).
El nuevo pacto que hará Dios en Jesucristo según Hebreos 8:10-12, y es el siguiente:
•ÉL pondrá sus leyes en la mente de ellos y las escribirá en su corazón.
•Él será a ellos por Dios y ellos serán su pueblo.
•Todos le conocerán.
•Será propicio a las injusticias de ellos.
•Nunca más se acordará de sus pecados e iniquidades.
Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia.
Jeremías 31:3
El amor de Dios, un amor puro y eterno, un amor que prolonga su misericordia, la fuente y origen del perdón, es diferente a su justicia, que la rige por ajustar la ley a los hombres, sabiendo que si se infringe en un punto, dice la palabra que se hace culpable de todo y la paga del pecado es la muerte. En el antiguo pacto solo una persona podía estar en la presencia de Dios, un sacerdote que ofrecía ofrenda para expiación de los pecados del pueblo y era una vez al año, pero nunca fue suficiente, porque no cubría la multitud de pecados. Además, si se le fallaba al Señor, la presencia de Dios se iba de ellos.
Solo Jesús podía reconciliar al hombre con Dios, la única ofrenda para expiar el pecado del hombre de una vez y para siempre, sin que Dios los tenga en cuenta. Gracias a la obra de Cristo, el hombre puede estar en comunión con Dios siempre y ser perdonado por su pecado, la misericordia y el perdón es solo a través de Jesús; con todo, podemos decir, que el nuevo pacto es el plan de salvación de Dios para el hombre, una salvación que es por gracia en Cristo Jesús.
Porque por gracias sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.
Efesios 2:8-9
Gracia significa dar lo que no se merece, y todos merecemos ir al infierno, pero Dios nos ha dado salvación en Cristo, y gracias a Jesús, podemos ir al cielo.
Además, una vez el creyente es sellado con su Espíritu ya nunca más la presencia de Dios se irá de él. El Espíritu Santo le enseña y les recuerda todas las cosas que necesitan saber, les convence del pecado, les lleva al arrepentimiento de su pecado y a la confesión, y cada día, les persuade a depender más de Dios para hacer su voluntad y alejarse del pecado.
Por la gracia y misericordia de Dios estamos donde estamos. Como hijas de Dios le fallamos, y aunque seamos mujeres temerosas y piadosas, eso no nos hace exentas de pecar. Sin embargo, nos perdona una y otra vez, y aunque sufrimos las consecuencias del pecado, Jesús está con nosotras siempre, nos restaura, nos levanta y nos acerca más a él; definitivamente, ¡Gracia!.
Así como Dios da gracia a nosotras, demos gracia a los demás.
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