Jesús ordenó a Sus seguidores que fueran Sus testigos en “Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.” (Hechos 1: 8). El libro de los Hechos es el registro de todas las cosas que los discípulos de Jesús hicieron como testigos de Su vida, muerte y resurrección.
El Libro de los Hechos fue escrito por Lucas, quien escribió tanto el Evangelio de Lucas como el Libro de los Hechos a su amigo Teófilo, para educarlo sobre los acontecimientos de la vida de Cristo y las vidas de Sus seguidores después de la muerte de Jesús. Lucas fue compañero de Pablo en algunos de sus viajes misioneros. Hechos comienza donde termina el libro de Lucas, con la ascensión de Jesús y los discípulos esperando la venida del Espíritu Santo.
Después del Día de Pentecostés, los discípulos salieron proclamando las Buenas Nuevas de Cristo. Cuando comenzó la persecución, los creyentes se dispersaron de Jerusalén a Judea y Samaria. Un hombre llamado Saulo era un líder en la persecución de los cristianos. Después de su dramática conversión, Saulo se convirtió en un líder en la iglesia. Luego fue referido como Pablo, y los capítulos restantes de Hechos registran sus viajes misioneros a través del Imperio Romano para proclamar las Buenas Nuevas de Jesucristo. El libro de los Hechos termina con el relato de su encarcelamiento, pero implica que la difusión del evangelio solo había comenzado.
A medida que aprendemos acerca de la iglesia primitiva, podemos encontrar formas creativas de difundir el evangelio y alentar a otros creyentes. Encontraremos un gran estímulo para los momentos difíciles al presenciar que los apóstoles soportaron la persecución, el encarcelamiento e incluso la muerte por el evangelio. Seremos desafiadas en nuestra fe y nuestro trabajo de difundir el evangelio y hacer discípulos de todas las naciones.
El libro de los Hechos es un gran estímulo para las que amamos a Dios grandemente. Mientras leemos los registros de la difusión del evangelio, podemos ser alentadas a compartir las buenas noticias en nuestras comunidades y áreas de influencia. A pesar de que soportaron la persecución, los discípulos se mantuvieron firmes en su misión de compartir el Evangelio de Cristo con el mundo. También podemos persistir cuando enfrentamos pruebas y persecución, porque sabemos que no hay un propósito más grande para nuestras vidas que ser testigos de la vida, muerte y resurrección de Jesús.
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