El señor Jesús tiene Poder para calmar las toda tormenta de nuestra vida, y no solo eso, El podría hacer que no llegaran ninguna; pero es necesario que pasemos por ellas, porque por los problemas y las pruebas es probada nuestra fe y nuestro carácter afirmado. (Hechos 14:22)
En el transitar de la vida aquí en la tierra atravesaremos circunstancias que para muchas podrían ser motivo de miedo e infelicidad, pero ¿será que las circunstancias definen nuestra felicidad? No, no son las circunstancias lo que nos hace infelices, sino como reaccionamos a ellas lo que realmente nos afecta.
Veamos como reaccionaron los discípulos del Señor Jesús, al enfrentar una tormenta en sus vidas:
Un día subió Jesús con sus discípulos a una barca.
—Crucemos al otro lado del lago —les dijo.
Así que partieron, y mientras navegaban, él se durmió. Entonces se desató una tormenta sobre el lago, de modo que la barca comenzó a inundarse y corrían gran peligro.
Los discípulos fueron a despertarlo.
— ¡Maestro, Maestro, nos vamos a ahogar! —gritaron.
Él se levantó y reprendió al viento y a las olas; la tormenta se apaciguó y todo quedó tranquilo.
— ¿Dónde está la fe de ustedes? —les dijo a sus discípulos.
Con temor y asombro ellos se decían unos a otros: « ¿Quién es este, que manda aun a los vientos y al agua, y le obedecen?»
Lucas 8:22-25 (NVI)
Cuando vino la tormenta los discípulos nos estaban solos, el Señor Jesús estaba con ellos, estos mismos hombres habían escuchado sus enseñanzas, creían que Él era el Hijo de Dios, lo habían visto realizar milagros; pero aun así ellos se preocuparon, se angustiaron, aun así ellos temieron por sus vidas.
Acudieron desesperadamente a Jesús, diciéndole: “sálvanos, que nos vamos a ahogar” (mateo 8:27 – NVI) ellos sentían que estaban al borde de la muerte. Hombres angustiados, infelices, desdichados, temerosos...
Sabían que Jesús tenía poder para salvarlos, pero que fue lo que paso, ¿Por qué tenían temor? Jesús lo supo al instante... y les pregunto ¿Dónde está la fe de ustedes?, ¿por qué tienen tanto miedo?... Sus reacciones los habían delatado, su fe había sido probada.
Sin duda “el miedo” es una emoción común en toda la humanidad, y si en este momento estas temiendo alguna tormenta, créeme no estás sola en ello, simplemente viendo los noticieros en el televisor o en las redes sociales, vemos que en la actualidad nos encontramos atravesando por una prueba común, pero ya sea que sobrevenga un huracán, o terremoto o una pandemia, cualquiera sea la tempestad, la lucha puede desorientarnos y hacernos reaccionar igual que los discípulos en la barca. Pues cuando nos azotan las tormentas de la vida, nos veamos tentadas a desesperarnos a olvidarnos de las promesas de Dios para sus hijas e hijos. No sé cómo te encuentres en este temporada pero quizá sea el tiempo oportuno que nos da el Señor para examinarnos y responder a la pregunta que les hizo en aquella ocasión a sus discípulos y que hoy nos la hace a cada una ¿Dónde está la fe de ustedes?
No pretendo decir que no debamos temer jamás, al contrario estoy segura que el Señor sabe de antemano que temeremos en muchas ocasiones, es por eso que leemos decirnos “no temas” tan repetidas veces en su Palabra como recordatorio de que no debemos elegir una vida de temor, sino una vida de Fe en Jesús. ¿Y sabes? me parece hoy oír al Señor decirme ¿Sandra dónde está tu fe? ¿Acaso lo oyes tú también? amiga amada ¡Cobremos ánimo! Porque podemos tener fe incluso en medio de la confusión y confiar en que Dios nos ayudará a salir de las tormentas, de nuestros miedos, solo necesitamos… tener Fe.
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ACERCA DEL AUTOR
Sandra Karina Condori
Tiene 29 años, de nacionalidad boliviana, recientemente casada. Convencida que la voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta. Sirve al Señor en el Ministerio de niños de su Iglesia local y a mujeres y jovencitas a través de ADG.
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