Dios no se acuerda nunca más de tus pecados


Dios no te perdona… es lo que el mundo, Satanás y muchas veces nuestra propia mente nos hace creer. No podemos pensar que ese pecado horrible que cometimos pueda llegar a ser perdonado por Dios, y es porque quizás nosotras no perdonaríamos esa falta -como tampoco las infidelidades, las ofensas y traiciones- en otros. Nuestra lista de lo que no somos capaces de perdonar puede ser muy grande, entonces pensamos que Dios actúa igual. Pero Dios, que es misericordioso y clemente, nos ofrece perdón y restauración.

Tenemos nuestra mente condicionada a lo que este mundo cree aceptable, perdonable, y estos pensamientos los aplicamos a Dios quien creemos que da amor y provisión a cambio de algo que nosotras podamos ofrecer. Hemos creado un dios a nuestra medida, ajustado a nuestra mentalidad caída. Y la verdad es que Dios sobrepasa nuestro entendimiento, nuestro conocimiento y nuestros límites humanos, Él es más grande, más amoroso, completa y verdaderamente perdonador y más compasivo de lo que imaginamos.

“Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.”
Isaías 1:18

Recuerdo un tiempo en mi vida en el que sentía que Dios no podía perdonarme, pensaba que Él nunca mas volvería a usarme en el ministerio y, ahora que miro en retrospectiva, veo que era porque las influencias que ya te mencioné antes no me dejaban creerlo. Confesaba una y otra vez mi pecado y no sentía el perdón de Dios. Cada día lloraba y me seguía sintiendo sucia, oraba y sentía, nuevamente, que Dios no me perdonaba.

Sabes, lo que en verdad pasaba era que yo no podía perdonarme. Lo que yo hacía era llegar al trono de la gracia en oración, dejaba ahí mi confesión y cuando era hora de irme tomaba la culpa y me la volvía a llevar conmigo. Me culpaba porque mi mamá no me perdonaba, porque había muchos que no me hablaban a causa de mi falta, y eso me hacía pensar que Dios tenía la misma actitud que ellos.

¡Estaba tan equivocada! Mi Padre Celestial me mostró que Él no era como los demás y que ya me había perdonado desde el momento en que llegué a Él con un corazón humillado, con una actitud sincera de arrepentimiento. Él lavó mi vida, me limpió por completo y nunca más volvió a recordarme mis faltas.

 “Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados.”
Isaías 43:25

¡Dios nos perdona de una manera tan única y especial, Él borra nuestras rebeliones! Hay un versículo que me encanta, que dice que avienta al fondo del mar todos nuestros pecados (Miqueas 7:19).  ¿Quién ha podido llegar al fondo del mar? Esto nos habla de que nuestro Padre, que es rico en misericordia y la renueva en nuestra vida día tras día, olvida las fallas y nunca más se acuerda de ellas ¡Ah! ¡Esto sí que es amor!

No sientas miedo de presentarte ante nuestro Dios para confesar. Él te está esperando con los brazos abiertos para renovar en ti Su misericordia, limpiarte, perdonarte y como en un cuaderno nuevo, comenzar a escribir en una hoja en blanco, limpia y sin manchas. No sigas creyendo la mentira Dios no te perdona, deja de perder tiempo valioso y ponte a cuentas con tu Padre, pues la verdad que triunfa es:

“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.”
1 Juan 1:19



ACERCA DEL AUTOR






Andrea Donoso
Chilena radicada en Puebla, México. Feliz de servir al Señor y a las mujeres de su alrededor. Estudió teología básica en Palabra de Vida Argentina, actualmente continúa sus estudios a distancia en la universidad bautista de Lousiana

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