No es lógica, se llama fe



“Pero esto decía para probarle; porque Él sabía lo que había de hacer”.  Juan 6:6

Es muy placentero y hasta relajante ir a un evento cuando eres invitada, solamente te sientas y no te preocupas de nada más que de pasarla bien y disfrutar. Pero ¿has organizado un evento? Quizás te encuentres en preparativos para tus quince, estás ayudando a planear la boda de una amiga, o estás siendo parte del equipo de organizadores en tu iglesia. Sea cual sea el evento, sabes a qué me refiero cuando hablo de la responsabilidad que tienes para preparar algo, por sencillo que sea.

 Parece que en este mega evento de cinco mil personas todos los discípulos estaban disfrutando junto con los asistentes las enseñanzas del maestro, ninguno estaba tras el telón preocupado por el servicio de alimentación que se ofrecería en aquel lugar, hasta el momento en  que Jesús termina su discurso y se acerca a Felipe para preguntarle:

“¿dónde vamos a comprar pan para que coma esta gente?”.

Imagino la mente de Felipe pensando: “¿acaso yo tengo que ocuparme de buscar la comida para todos ellos?”

¿Te ha pasado en algún momento que vienen corriendo hacia ti para preguntarte por algo que hace falta y no tienes idea de qué hacer? Pues bien, Felipe se hallaba en las mismas condiciones, su respuesta a la pregunta del maestro fue demasiado sincera desde las posibilidades humanas. Hizo todos los cálculos posibles, buscó soluciones rápidas, miró por todo su alrededor y concluyó en que era imposible alimentar a tanta gente. Quizás si lo hubieran sabido de antemano hubieran podido hacer algo, pero no, a estas alturas ya no había nada que hacer.

Jesús le hace una pregunta capciosa a Felipe con otra intención, no para hacerlo responsable de la comida de toda la multitud, pues la biblia nos dice que el Señor ya sabía lo que iba a hacer, lo que Jesús quería era que Felipe pensara más allá de las posibilidades humanas y se adentrara en una nueva realidad espiritual, aquella que llama a las cosas que no son como si fueran y que hace lo imposible totalmente posible.

Jesús nos conoce, y según nuestra forma de aprender Él nos enseña, para que Pedro aprendiera esta misma lección necesitó caminar sobre las aguas, experimentarlo en carne propia, mientras que Felipe necesitaba entenderlo, esta experiencia tenía que pasar por su mente, por eso esta pregunta era necesaria en la vida de Felipe, para que su fe fuera fortalecida al momento de ver el milagro de la multiplicación de los panes y peces.

Algunas de nosotras tenemos  una personalidad parecida a la de Felipe, somos de las que pensamos mil veces antes de actuar, y exploramos cada situación de la vida dándole vueltas y vueltas, buscándoles la lógica y tratándolas como si fueran un cubo de rubik, pensamos la vida desde la realidad que tocamos y vemos pero nos olvidamos que la lógica humana es totalmente contraria a la lógica de Dios.

Necesitamos dejar de ver con ojos humanos lo que acontece, y mirar nuestra vida a la luz de la inmensidad de Cristo y recordar que cuando no hay recursos, de la nada Cristo provee en abundancia, cuando eres débil entonces eres fuerte y cuando no hay esperanza, los milagros son la respuesta.

Nuestras circunstancias no pueden ser pensadas en términos científicos, porque por fe andamos, no por vista. Y si es por fe, cualquier cosa que Dios quiera puede pasar.  

Despreocúpate por saber todas las respuestas, no es cuestión de lógica, se llama fe para creer que Él tiene todo el control. 


Mientas Felipe llenaba las doce cestas con  las sobras de panes y peces lo entendió. ¿Y tú?



ACERCA DEL AUTOR  

Angélica Jiménez
Hija de Pastores misioneros de nacionalidad Colombiana, ha servido desde los 9 años junto a sus padres en los países de Bolivia y Argentina. Diagnosticada alrededor del año 2009 con Síndrome de Eisenmenger ha propuesto en su corazón servir a Dios hasta el día en que él se lo permita. Sus experiencias en la obra misionera continúan labrando el sueño de brindar herramientas bíblicas para las jóvenes de hoy.

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