El que reprende al hombre hallará después más favor que el que lo lisonjea con la lengua. Proverbios 28:23 NBLA
Hablar la verdad en amor es algo complicado, cuesta cuando somos jóvenes y muchas veces sigue costando a lo largo de la vida. Ser sincera sin herir a quienes amamos es una situación difícil de enfrentar, pero no es algo imposible de realizar.
Cuando tenemos amigos y vemos que están por caminos que no les convienen, sentimos el impulso de hablar con ellos y hacerles ver que no van bien. De pronto podemos sentir rabia y queremos hablar bajo el efecto de esa emoción, lo cual, no siempre es prudente. Aunque hay veces que callamos por miedo a perder esa relación de amistad, es algo que debemos hacer, por fidelidad y siempre en amor.
La Biblia nos dice que es mejor tener amigos francos que rodearse de amistades que solo nos dicen aquello que queremos escuchar (Proverbios 27:6). Todas buscamos amistades así, en las que podamos confiar, que nos alienten a crecer, que nos adviertan con amor cuando vamos mal. Será importante también desear ser esa clase de amigas.
Me encanta un dicho mexicano que dice: "la verdad no peca, pero incomoda" y lo encuentro tan cierto, cuando enfrentas a alguien con la verdad siempre traerá un momento incómodo. Pero siempre hay maneras de decir las cosas y al final hay una intención que es para bien.
Primero, la Biblia nos dice que debemos hablar la verdad con amor y así creceremos en todo sentido hasta parecernos más y más a Cristo (Efesios 4:15). Para lograr hacerlo de esa manera debemos orar antes pidiendo la dirección del Espíritu Santo en el uso de nuestras palabras y pidiendo también calma sobre nuestras emociones, para no olvidar que lo que digamos sea para edificación y no para destrucción.
También debemos crear una situación propicia, no podemos ir donde nuestros amigos y decirles una verdad delante de otras personas o en situaciones complicadas; saber esperar y tener una conversación íntima donde podamos expresar lo que queremos decir, donde la otra persona también pueda sentirse resguardada y segura es primordial.
No dejar pasar mucho tiempo para decir las cosas es también algo importante, en una amistad se valora mucho la honestidad en el momento oportuno y no hacerlo cuando sea demasiado tarde.
Todas valoramos esta clase de amistad, en donde podamos decir algo que pensamos o donde planteamos alguna decisión que queremos tomar sin encontrar juicio, sino comprensión y un buen consejo. Y de eso se trata, de ser amigas que aconsejen con amor y sabiduría, no con palabras de crítica, condena o apatía.
Una amistad te bendice cuando te aconseja en amor y en verdad. Intentemos ser esta clase de amigas, que no se apartan por una mala decisión tomada, que no se creen más espirituales porque a la otra le cuesta más. Seamos amigas confiables, fieles y que sepan guardar secretos.
Señor, ¿quién habitará en Tu tabernáculo?¿Quién morará en Tu santo monte? El que anda en integridad y obra justicia, Y habla verdad en su corazón. El que no calumnia con su lengua, No hace mal a su prójimo, Ni toma reproche contra su amigo. Salmos 15:1-3
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