Quienes solíamos ser


Ser una joven en el siglo XXI es más difícil de lo que parece, pero ser una joven cristiana puede serlo aún más. Hace algunos años una persona de mi iglesia hizo este comentario “Hoy en día ser cristiano está de moda”. Me quedé pensando en esto, pues a mis ojos no lo veía así. Al contrario, el ser cristiana hacía que en la secundaria mis amigos no salieran conmigo, que no fuera invitada a fiestas y a pensar que era aburrida, entre otras cosas. Con el tiempo mi percepción cambió, pues los cristianos tenemos nuestras propias fiestas, conciertos, actividades y reuniones. Sin embargo, muchos iban solamente por la emoción del evento, es decir, ser cristiano de momento y no un cristiano de vida.

Lo primero es más fácil, pues asistimos a las actividades, la pasamos bien y disfrutamos con los amigos de la iglesia, pero es todo. Ser cristiano de vida es muy diferente, porque más allá de asistir a una reunión o servir en un ministerio, que es lo que las personas ven, es lo que Dios ve en ti y el tiempo que pasas a solas con Él.

El vivir un cristianismo para Dios muchas veces significa entregar y renunciar a muchas cosas, como amigos, actividades de tiempo libre e incluso familia. Al referirnos a renunciar puede que no sea eliminar algo completamente de la vida, pero sí dedicar el tiempo más importante para Dios, tener comunión íntima con Él, hacerlo en verdad tu prioridad. Cuando Jesús vino a este mundo hizo un llamado a 12 hombres a los cuales hoy conocemos como sus discípulos; si leemos en la Biblia, un factor común que tienen ellos es que dejaron sus costumbres, trabajos, estilos de vida y quién sabe qué más por seguir al Salvador.

En Marcos 10:29-30 Jesús dijo: "Todo el que por Mi causa y la del evangelio haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o terrenos, recibirá cien veces más ahora en este tiempo… y en la edad venidera, la vida eterna”

Es un buen momento para preguntarnos: ¿vivo un cristianismo para los demás o vivo un cristianismo para Dios?

Es difícil entregarle a Él esas cosas que nos dan “felicidad” o “nos llenan”. Hoy queremos compartir contigo la verdad que encontramos en el hecho de saber que vivir en y para Dios llena el alma mil veces más que cualquier cosa que el mundo pueda ofrecernos. Recordemos que, así como Jesús vino a este mundo para servir y no para ser servido, nosotras también tenemos un propósito perfecto y lleno de amor: el de servir, el de ser testimonio, el de llevar a otros a Su verdad para que hallen salvación y libertad.

Hoy queremos motivarte a que entregues a Dios cualquier cosa que pueda alejarte de Él, aquello que no te permite vivir un cristianismo para Él, aquello a lo que aún te aferras del mundo porque tienes miedo a no pertenecer a él. Déjanos decirte algo: eso a lo que te aferras no llenará la necesidad de tu alma como solamente Dios con Su amor puede hacerlo. No hay nada en este mundo que te ofrezca lo que Dios tiene para ti. Hoy es un buen día para hacer un cambio en nuestro estilo de vida y comenzar una vida nueva, 100% completa en Él y para Él.

Me darás a conocer la senda de la vida; en Tu presencia hay plenitud de gozo;
en Tu diestra hay deleites para siempre.
Salmo 16:11

 

Ser una joven que vive para Jesús, es mejor que quien solíamos ser.




0 Comentarios

Follow Me On Instagram