Misericordia innegable



Durante tres semanas hemos estado viendo cómo Dios ha mostrado misericordia por Su pueblo infiel, infidelidad tras infidelidad. El Señor no ha cambiado, y Su amor ha permanecido inamovible.


¡Ay de ellos! porque se apartaron de mí; destrucción vendrá sobre ellos, porque contra mí se rebelaron; yo los redimí, y ellos hablaron mentiras contra mí. Y no clamaron a mí con su corazón cuando gritaban sobre sus camas; para el trigo y el mosto se congregaron, se rebelaron contra mí. Y aunque yo los enseñé y fortalecí sus brazos, contra mí pensaron mal. Volvieron, pero no al Altísimo; fueron como arco engañoso; cayeron sus príncipes a espada por la soberbia de su lengua; esto será su escarnio en la tierra de Egipto.
Oseas 7:13-16


Israel se negó recurrir a Dios para pedir ayuda y no es fácil reconocerlo; pero, lamentablemente y sin dudar, me incluyo entre quienes adoptan la mala costumbre de acudir a Dios cuando nos encontramos en problemas, cuando los días se vuelven malos, cuando ciertas personas no pueden ayudarnos, ni dar respuestas, o después del fracaso al intentar resolver el problema por cuenta propia. Probamos de todo en lugar de acudir a Él primero… Y ahora bien, ¿te identificas con el pueblo de Israel? Yo sí, pero también con la promesa de Dios, leamos:


“Sin embargo, él tuvo misericordia y perdonó sus pecados,  y no los destruyó a todos. Muchas veces contuvo su enojo  y no desató su furia”.
Salmos 78:38 (NTV)

La misericordia de Dios está al alcance de quien, con corazón humilde, se vuelve al Señor.  A pesar de las malas decisiones que lo apartaron de Su camino, a pesar de los pecados cometidos, a pesar de las caídas, el Señor aun extiende su misericordia y lo restaura.

Y a medida que vamos recorriendo el libro de Oseas, vemos el carácter de nuestro Dios, amoroso, misericordioso, compasivo y también justo y soberano. Pero asimismo vemos un pueblo que se aleja más y más de su Dios, adorando a becerros de oro y edificando altares para continuar pecando, y como consecuencia, el inevitable juicio del Señor, ¿por qué?
    🔼  Por su soberbia
    🔼  Por su necedad
    🔼  Por huir de Dios y olvidarlo
    🔼  Por su idolatría
    🔼  Por no tomar en cuenta la palabra de Dios  (Oseas 7-8)

Tenemos que ser conscientes que lo único que traerá el pecado consigo es el alejamiento de nuestro Señor. Es verdad que el pecado jamás se va a mostrar como algo horrendo o detestable a la vista, muchas veces viene disfrazado muy sutilmente, y cuando más vulnerables nos encontramos. Descuidamos nuestra relación con el Señor, porque es fácil dejar de orar, dejar de leer Su palabra y más aún dejar de congregarnos.  Reemplazamos nuestros tiempos con el Señor con otras actividades como las redes sociales, los amigos, la pareja, el estudio, el trabajo, etc. y permitimos que estos se conviertan en becerros de oro, en altares que estamos prestos a honrar. Poco a poco, muy cautamente, nos alejamos de nuestro Señor, y cuando nos damos cuenta, estamos lejos de Dios, de la manera que jamás imaginamos, porque preferimos dar lugar a deseos pasajeros, y la supuesta satisfacción que produce una pasajera “felicidad” en lugar del gozo eterno que da el Señor Jesucristo.

Pero la paciencia y misericordia de Dios continua siendo innegable…
¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción,
Romanos 9:22

En Oseas capítulo 9 y 10 continuamos viendo la persistencia en una actitud de error de parte del pueblo de Israel, aun siendo avisados de estar equivocados, lo cual traería malas y fatales consecuencias. Y es lo que precisamente hicieron, persistir en su actitud infiel, pese a toda advertencia. Las consecuencias de la persistente infidelidad de Israel, en Oseas capítulos 9 y 10:
    🔼  Exilio
    🔼  Castigo 
    🔼  Esterilidad y duelo
    🔼  Sequedad y vagabundeo sobre Israel

Nuestro Dios es justo, y demanda que la transgresión sea castigada (Romanos 3:23). Aunque muchas veces el pecado nos nubla y olvidamos esta gran verdad, nadie puede huir de las consecuencias de nuestras transgresiones. Amiga aún hay tiempo para arrepentirnos de nuestras infidelidades porque Su gracia y misericordia aún está extendida, ¿la tomarás hoy? Corre a la cruz donde el único que podía juzgarte, decidió tomar tu lugar, mi lugar, recibiendo el castigo justo del Justo Padre. Dios es justo y nosotras deberíamos reconocer como el rey David: “No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, Ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados” (Salmos 103.10)

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ACERCA DEL AUTOR

Sandra Karina Condori

Tiene 28 años, de nacionalidad boliviana, soltera. Convencida que la voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta. Sirve al Señor en el Ministerio de niños de su Iglesia local y a mujeres y jovencitas a través de ADG.


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Estamos estudiando la serie "Amor Fiel (Oseas)" 
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Semana 4 





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Versículo a Memorizar




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