El aborto, ¿es legal?


Un argumento actual, a la hora de hablar de aborto, es el que tiene que ver con el derecho de la mujer sobre su cuerpo. Es cierto que, como mujeres, tenemos que hacernos respetar y valorar por lo que somos: creación de Dios. Pero hay que tener mucho cuidado con todo lo que este movimiento feminista incluye en su ideología actual. Nosotras, como hijas de Dios, tenemos el deber y la responsabilidad de informarnos acerca de lo que este mundo quiere legalizar, compararlo con lo que la biblia nos enseña, y tomar una postura acorde a ella. Tenemos que ser señoritas con convicciones firmes basadas en principios establecidos por Dios, y estar preparadas para saber defender nuestra postura. 

Ya en tiempos remotos, como vemos en el libro de Éxodo, Dios le explica a Moisés, mediante parámetros de comportamiento para la sociedad judía, qué pena tenia el lastimar a una mujer embarazada y qué hacer si ésta, en consecuencia, abortaba: 


“Si algunos riñeren, e hirieren a mujer embarazada, y ésta abortare, pero sin haber muerte, serán penados conforme a lo que les impusiere el marido de la mujer y juzgaren los jueces. Mas si hubiere muerte, entonces pagarás vida por vida.”
Éxodo 21: 22-23

Está claro que nuestro Dios defiende la vida, defiende Su creación. Por más que este mundo quiera hacerte creer que un feto no es vida, Dios nos dice lo contrario. La ciencia misma aprueba lo que la Palabra de Dios dice, un feto tiene latidos cardíacos desde la semana cinco de gestación ¡Es vida! El salmista dijo: 


“Porque tú formaste mis entrañas;
Tú me hiciste en el vientre de mi madre.”
Salmo 139:13

Dios es quien da la vida, es Él quien nos forma, para Él nada es oculto desde que comienza la concepción, pues Él ya sabe el color de ojos, la forma de su cabello y hasta cuánto va a medir. Desde que somos formadas en el vientre, Él tiene un plan para ti ¿Cómo podemos creer que Dios apruebe matar a Su propia creación?  ¿Cómo podemos pensar en asesinar algo tan inocente como un bebé no nacido? 

Puedes tener control sobre tu cuerpo, puedes tomar tus propias decisiones, pero Dios un día te pedirá cuenta de todo lo que hayas hecho con lo que Él te prestó, y esto incluye tu cuerpo. Además, ten presente que el bebé crece dentro de tu cuerpo, pero no es tu cuerpo, él tiene el suyo propio. 

El aborto es un asesinato, porque ni una de sus prácticas es libre de dolor. En todas sus formas hay sufrimiento, tanto para la mujer como para el feto. Ya sea con la inyección de solución salina, donde el bebé no nacido sufre quemaduras hasta perder la vida;  la extracción a través de una aceleración del parto donde el bebé muere en un mesón frío o en el peor de los casos en un basurero; o la más horrible, donde lo descuartizan dentro del útero. Nada de lo mencionado es una manera natural de morir, son asesinatos provocados a inocentes que no pueden defenderse. 

Como hijas de Dios debemos defender la vida, defender la creación de Dios y estar firmes en nuestra posición, saber responder con amor y mansedumbre, pero no quedarnos calladas, decirle al mundo que es Dios quien da y quien quita la vida (1 Samuel 2:6) y mostrar al mundo que Dios es soberano y no se equivoca cuando otorga vida, cuando regala un hijo. 







ACERCA DEL AUTOR


Andrea Donoso
Chilena radicada en Puebla, México. Feliz de servir al Señor y a las mujeres de su alrededor. Estudió teología básica en Palabra de Vida Argentina, actualmente continúa sus estudios a distancia en la universidad bautista de Lousiana, Puedes leer más de sus escritos en "Mujer a paso firme"

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