Si nuestra vida es Cristo, nuestro futuro será ganancia.



Me impresiona que hayamos llegado al punto de decir que la Biblia es “difícil de entender”. Esto nos impide anhelarla, buscarla y aprender de ella. Quiero que veamos qué principios eternos para nuestra vida diaria encontramos llegando al final del primer capítulo de esta segunda carta a los tesalonicenses. 

En los versículos 11 y 12, Pablo escribe que junto a sus dos compañeros se encuentran “orando siempre”. ¡Sí! Hombres mega ocupados, fundadores de Iglesias, comprometidos en amar cada día más a Dios, en meditar en las Escrituras y crecer en la oración, viajeros y grandes instructores para diferentes iglesias, hombres que deseaban expandir el evangelio por todo el mundo.  Mucho trabajo y aún así envían una carta diciendo “estamos orando siempre por ustedes” (2 Ts  1:11) ¿Te imaginas el compromiso y amor por el cuerpo de Cristo?

Claro, puedes decir: 'ellos debían hacer eso porque eran escogidos siervos de Dios' ¿Y tú? ¿Acaso Dios no te ha llamado también a orar por tu hermana, a llevar sus cargas, a preguntar cómo ha estado? Piensa en cuánto has orado por los demás y verás cuánto compromiso tienes con la Iglesia. Aunque orar no encierra la totalidad de deberes que debemos tener con nuestros hermanos, forma gran parte de tu papel como hija de Dios.

Ellos buscaban de manera genuina el crecimiento de los tesalonicenses ¿Cómo podemos saberlo? Por lo que sigue:

“Que nuestro Dios los tenga dignos del llamamiento y que él por su poder haga cumplir todas vuestras resoluciones motivadas por la bondad...”

¿Dignos del llamamiento? ¿Llamado? ¿Qué tiene eso que ver conmigo?  Se refiere a la invitación de Gracia que llegó un día a nuestras vidas a través del evangelio, cuando aceptamos vivir conforme a la santidad de Dios. Pablo oraba para que ellos pudieran vivir una vida que agrade a Dios y que cumplieran todas aquellas resoluciones que se habían determinado cumplir, así como las nuestras a principio de este año.

“Metas del 2018”:
 1. Leer la Biblia completa.
 2. Orar todos los días
 ...y así sucesivamente.

Creamos una lista interminable de resoluciones que nacen de nuestro deseo de agradar a Dios en todo. Pero  espero que te hayas dado cuenta que nosotras, en nuestra propia fuerza, no podemos cumplir ni la primera de las metas de la lista para el año. 

En resumidas cuentas, ellos oraban para que se cumplieran aquellas metas que surgían guiadas por el espíritu santo, para que todo lo guiado por la fe tuviera su cumplimiento, para que Dios realice todo eso con el poder de su Gracia.

Y todo esto, ¿para qué? Para que el nombre de nuestro Señor Jesús sea glorificado (2ª tesa 1:12)

El hecho que crezcas en la palabra, que se cumplan los propósitos de Dios en tu vida, que quieras hacer cosas que fueron guiadas por el Espíritu Santo y la obra de Dios en tu corazón da Gloria a Dios, y para eso fuiste creada mi amada lectora, para glorificar a tu Creador en todo lo que hagas, Él te hizo, y conoce más que vos tu propia humanidad.

Reconoce que esto es imposible sin el poder de la Gracia de Dios, Él es quien pone el querer como el hacer. Y todas nuestras obras por más buenas que sean, están manchadas. Busca a Cristo, ama a Cristo y cree en su Cruz.

Así el día en que te presentes en el tribunal, delante del Juez puedas glorificar su nombre por la vida que tuviste gracias a la obra de Jesús en tu vida y puedas ser una obrera aprobada que entrará al gozo de su Señor.





ACERCA DEL AUTOR




Antonella Azuaga
Tiene 22 años y sirve al Señor a través de Mujer Virtuosa, escribe para llevar las buenas noticias a los quebrantados y afligidos. Es parte la congregación más que vencedores, vive en Paraguay junto con su familia, quienes también apoyan la familia de Ama a Dios Grandemente.

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