Sé un ejemplo de amor



“Siempre damos gracias a Dios por todos ustedes y continuamente los tenemos presentes en nuestras oraciones. Al orar a nuestro Dios y Padre por ustedes, pensamos en el fiel trabajo que hacen, las acciones de amor que realizan y la constante esperanza que tienen a causa de nuestro Señor Jesucristo.”

1 tesalonicenses 1:2-3 (NTV)


Los hermanos en Tesalónica nos dejan un gran ejemplo.  Teniendo en alta estima el amor que Cristo les mostró primero, y sabiendo que pronto volvería, anhelaban retribuirle sirviendo a los demás con ese mismo amor, mostrándoles a todos en cada acto a su Salvador. Deseaban que su Señor los hallara abundando en ese aspecto tan importante del fruto del Espíritu que es el amor. 

Pablo, Silas y Timoteo oraban por ellos y ellos, a su vez, eran un descanso para estos misioneros, porque eran fieles en el trabajo para el Señor. Sabían que podían encomendarles la labor de llevar a cabo la extensión  del evangelio  y ellos no los defraudarían.

Hoy nos encontramos con una lección muy valiosa en estos primeros versos de esta carta, la de ver y analizar cómo estamos sirviendo a Dios, ¿lo hacemos por deber? ¿por costumbre? ¿o estamos sirviendo por la razón correcta?, ¿solo sirvo a Dios dentro de mi iglesia? ¿pueden los demás ver que soy diferente gracias a Cristo?

“Trabajen de buena gana en todo lo que hagan, como si fuera para el Señor y no para la gente.”

Colosenses 3:23 (NTV)

Nuestro Dios está mirando la disposición de nuestro corazón al servirle. Es por esto que necesitamos revisar nuestro servicio a Dios y evaluar si lo hacemos por amor a Dios o hay alguna otra razón que nos motiva. Debemos tener presente que nuestro Dios está cerca y que hay muchos que necesitan oír acerca de la salvación del alma. Algunos no creen en la biblia, otros simplemente no quieren saber nada de Dios, pero tú, mi querida amiga, puedes ser la única biblia que lean, la única forma en que puedan conocer de Dios, y lo harán al ver tus obras de amor.

En tu iglesia los demás deben sentir tranquilidad al darte una responsabilidad, nuestro testimonio debe jugar a nuestro favor para que nos puedan encomendar un ministerio dentro de la obra del Señor.

No debemos olvidar que hay un mundo lleno de necesidad ahí afuera, que va camino a la separación eterna de Dios, es decir, va camino a la condenación y el sufrimiento eterno, por eso debemos reaccionar y elevar nuestra mirada a Dios, recordar que viene pronto y que nosotras somos las encargadas de que muchos más oigan las buenas nuevas de salvación.  Esta es la maravillosa tarea que Dios nos encomienda, por la cual los pies de quienes la llevan a cabo son benditos  (Isaías 57:2).

Tenemos no sólo la responsabilidad de ser luz en medio de este mundo oscurecido por las tinieblas y gobernado por el príncipe de este mundo, sino de resplandecer como estrellas en el cielo, tanto para los incrédulos como para los creyentes. Como jóvenes cargamos con una responsabilidad enorme al marcar la diferencia, es un gran peso pero no, por eso, imposible de llevar, Dios es nuestro Ayudador y Él recompensará el trabajo de tus manos.

“para que nadie pueda criticarlos. Lleven una vida limpia e inocente como corresponde a hijos de Dios y brillen como luces radiantes en un mundo lleno de gente perversa y corrupta.”

Filipenses 2:15 (NTV)

Una creyente como nosotras debe mostrar fidelidad al trabajo que realiza, amor y compasión, y siempre estar pensando en que Cristo no tarda en venir por nosotras. 



ACERCA DEL AUTOR




Andrea Donoso
Chilena radicada en Puebla, México. Feliz de servir al Señor y a las mujeres de su alrededor. Estudió teología básica en Palabra de Vida Argentina, actualmente continúa sus estudios a distancia en la universidad bautista de Lousiana, Puedes leer más de sus escritos en "Mujer a paso firme"



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